Psicoterapia Analítica Funcional (PAF)
Psicoterapia Analítica Funcional (PAF)
La FAP forma parte de la línea denominada Análisis de la Conducta, así como de la tercera generación de la terapia de la Conducta. La mayor aportación de esta terapia consiste en el uso de la relación terapéutica como una de las formas de promover el cambio en la conducta del paciente que se presenta a sesión. Michel Reyes Ortega y Jonathan Kanter (2017), indican que la Psicoterapia Analítica Funcional
se basa en el supuesto de que la única forma en que el terapeuta ayuda al cliente es a partir de las funciones de su conducta dentro de la sesión terapéutica y, por lo tanto, que esta representa un buen lugar para observar los impactos mismo del tratamiento.
En la FAP, el terapeuta está particularmente interesado en la forma en que su conducta influye en la del consultante, es decir, las funciones que tiene su comportamiento respecto al del consultante.
Los terapeutas deben aplicar adecuadamente cinco estrategias terapéuticas (Kohlenberg y Tsai, 1991):
- Detectar las conductas clínicamente relevantes que ocurren durante la sesión de tratamiento;
- Construir un ambiente terapéutico que haga posible la aparición de conductas problemáticas y permita desarrollar mejorías en la conducta del cliente;
- Reforzar positivamente de manera natural las mejoras conductuales del cliente;
- Detectar qué propiedades de su propia conducta son reforzantes para el cliente; y
- Propiciar que el cliente desarrolle habilidades para analizar desde una perspectiva funcional la relación entre sus conductas y otros factores.