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Trastornos Alimenticios
“El hambre es el principio de un dolor que invita a alimentarnos;
el aburrimiento, un dolor que nos obliga a dedicarnos a cualquier actividad;
el amor, una necesidad que si no se satisface llega a ser dolorosa.
Cualquier tipo de exceso es pernicioso: tanto en la
abstinencia como en la gula, tanto en la economía
como en la liberalidad”.
¿Cuales son los trastornos alimenticios más comunes?
“La abstinencia total es más fácil que la moderación perfecta”.
San Agustín
Giorgio Nardone, en su libro Más allá de la Anorexia y la Bulimia (2004) define como anorexia al “tipo de patología alimentario caracterizada por la reducción progresiva dela alimentación hasta el rechazo completo de la comida”. Es decir, este trastorno aparece de manera gradual, una personas nos hace anoréxica de un día a otro sino mediante a un proceso gradual de abstinencia que lleva al rechazo de la comida. Es el más conocido de los trastornos alimentarios ya que es el único que puede ser mortal y además es una patología que se asocia en el imaginario colectivo con personas de fama, razón por la cual suele ser un trastorno que se discute mucho en revistas asociándolo con un tipo de vida envidiable para muchos.
La abstinencia que presentan los pacientes con trastornos alimentarios no sólo es respecto a la comida, sino también a cualquier tipo de sensación agradable, incluso a las relaciones sociales.
Entre los síntomas que puede presentar la persona anoréxica se encuentra:
- Mantener bajo el peso
- En el caso de las mujeres la ausencia o alteración de menstruación
- Distorsión en la percepción de su cuerpo
- Miedo a ganar peso
- Relación tóxica con la balanza y espejo; o por el contrario, no se pesan ni se ven al espejo por temor, existen cambios en el estado de ánimo.
- Dificultades en las relaciones interpersonales, sobre todo con la familia y amigos cercanos.
El objetivo final del tratamiento psicológico eficaz en el caso de la anorexia, es lograr recuperar el placer de comer, eliminar la autopercepción de la imagen distorsionada y restablecer las relaciones equilibradas con los demás.
Bulimia
“La avidez es un refugio emotivo:
es la señal de que algo nos está devorando”.
Peter de Vries
El maestro Nardone (2004) indica que esta patología se encuentra caracterizada, prioritariamente, por “la compulsión irrefrenable por comer, debida más que al hambre, al deseo desenfrenado de consumir comida. Las personas afectadas por este trastorno pueden llegar a comer cualquier cosa sólo por el placer de engullir”.
Así mismo, Nardone (2004) hace la distinción de esta patología en tres áreas:
- Bulimia boteriana: representada por aquellos sujetos, tanto hombres como mujeres, tan gordos que parecen las famosas imágenes de Botero. Estas personas están bien adaptadas a su problema y a menudo llegan a terapia únicamente por un problema de salud que los obliga a perder peso. En esto casos, el trastorno alimentario se acompaña de las típicas disfunciones orgánicas y psicológicas de la obesidad.
- La bulimia por efecto “alcachofa”: representada por aquellas personas para la que tener un sobrepeso y por tanto, no ser estéticamente agradables que podrían ser si estuvieran más delgadas supone una especie de protección para la problemática efectivo- relacional que sufren. Por lo tanto, estos sujetos por más que intenten ponerse constantemente a dieta, no lo consiguen nunca, o bien lo consiguen por un tiempo y después recaen en la sintomatología bulímica. Su constante lucha con la balanza y con la dieta centra completamente su atención, manteniéndolos resguardados del resto de sus problemas.
- La bulimia yoyó, representadas por aquellos sujetos que alternan período de dieta en los que pierden mucho kilos con periodos de alimentación desenfrenada en los que vuelven a ganarlos todos. Es una alternancia perpetua entre el control y pérdida de control y su peso se mueve hacia arriba y hacia abajo como el antiguo juego chino del yoyó. Estas personas alteran períodos de confianza en sí mismas, caracterizados por un exceso de exaltación de sus capacidades personales, con depresiones relacionadas con una profunda desconfianza en sus recursos. En otros términos, su humor está influido por el éxito o el fracaso al gestionar la relación con la comida y con su imagen estética.
El síndrome del vomito (vomiting)
“Qué cosa es el placer sino un dolor extraordinariamente dulce”.
Heinrich Heine
En cuanto al síndrome del vómito (vomiting), Giorgio Nardone (Más allá de la Anorexia y la Bulimia, 2004) hace referencia a:
Aquellas personas que, ritualmente, consumen grandes cantidades de comida y después la vomitan. Todo ello no con el fin de adelgazar, sino con el objetivo de tener violentas sensaciones de placer. La ritualidad de esta compulsión irrefrenable por comer y vomitar se puede volver con el tiempo tan insistente que lleva a las personas afectadas a pasar días enteros comiendo y vomitando, alternando fases de atracones con las de expulsión en una secuencia patológica aparentemente absurda.
Lo que diferencia esta patología a cualquier otro trastorno alimenticio es que esta se constituye más como una especie de perversión basada en el placer de comer y vomitar (ritual erótico).
El atracón (binge-eating)
“Si te lo concedes puedes renunciar,
si no te lo concedes será irrenunciable”.
Nardone (2004) describe el síndrome de atracón o binge-eating como:
la alternancia entre ayunos prolongados y atracones monumentales. A diferencia de otras formas de trastorno alimentario, en los que al atracón le sigue una purga como el vómito o el uso de laxantes y el exceso de ejercicio físico, en esta la única conducta compensatoria de los atracones es el ayuno, y precisamente esta práctica de retrasar el contacto con la comida es la que exalta el deseo. De modo que una vez más el intento por solucionar un problema, termina por alimentar lo que debería reducir, en este caso las ganas de atracarse. La diferencia del yoyó es el hecho de que en este caso, entre un atracón y otro asistimos a auténticos ayunos, mientras en el primer caso se observa el respeto por una dieta sana.
Para estas personas, concederse el placer del atracón se acompaña con la búsqueda de su perfeccionamiento y control para conseguir aplazarlo a momentos más propicios.
Ortorexia y oras fijaciones alimentarias
“Para los obsesionados no hay elección:
la obsesión ha elegido ya por ellos, antes que ellos”.
E. Cioran
Nardone (2004) describe la ortorexia como “la fijación fóbica por las comidas que hacen daño y el comportamiento derivado de ésta que lleva a una selección constante de la comida que el sujeto cree que es buena y no peligrosa”.
Por ejemplo, una comida demasiado dura que pueda ahogarnos o demasiado elaborada y pesada que nos produzca graves trastornos intestinales o una comida contaminada por químicos, e incluso los alimentos con poder preventivo y curativo respecto a enfermedades como el cáncer, infartos, etc. La lista de fijaciones fóbicas hacia la comida es casi ilimitada pues los objetivos posibles de la fobia son tantos como los que la mente humana pueda inventarse.
Tratamiento.
Es de suma importancia que el psicoterapeuta sepa distinguir cuando se trata de una fobia o un trastorno alimenticio ya que el tratamiento es totalmente diferente. En nuestra experiencia con este tipo de trastornos hemos observado que una vez desbloqueada la fijación fóbica a través de los protocolos específicos que nos brinda la Terapia Breve Estratégica, el problema con la comida se disuelve rápidamente.